Este enorme cambio, que inició en 2013, otorgó más responsabilidades y facultades a los jueces, además de que los obliga a aplicar no sólo las leyes locales como era la costumbre, sino también protocolos especiales, jurisprudencias de la Corte y un amplio catálogo de Tratados y Convenios internacionales, así como a escuchar a los adultos y a los menores y estar en permanente vigilia para actuar de forma inmediata para extender órdenes de restricción en casos de violencia familiar.
Para que este sistema funcione, el Poder Judicial actualizó y capacitó jueces y personal de forma total, construyó salas de oralidad y abrió nuevos juzgados en tiempo récord: actualmente contamos con 10 jueces en materia familiar en Mérida, esto es más del doble de los que había en el sistema anterior y abrió nuevos horarios vespertinos para facilidad de los ciudadanos y litigantes. Adicionalmente contamos con nueve juzgados mixtos del interior del estado, que atienden asuntos familiares en sus departamentos judiciales correspondientes.
La demanda de servicios en materia familiar ha sido creciente en los últimos años, tan sólo de 2013 a 2015 se iniciaron en los juzgados familiares del Poder Judicial en todo el estado, más de 20 mil asuntos, cada uno con sus particularidades y complejidad, dada la dinámica poblacional y la transformación constante que vive el núcleo familiar.
Nuestro estado es considerado uno de los más avanzados en la aplicación de la llamada justicia cotidiana, reduciendo el tiempo de solución de algunos casos hasta en dos años menos y con una tasa de resolución de más de 94% en 2015.
