Palabras del abogado Raúl Cano Calderón, juez cuarto mercantil del Poder Judicial del Estado de Yucatán, con motivo del LXXVII Aniversario de la Expropiación Petrolera

Miércoles, 18 de marzo de 2015

Mérida, Yuc. a 18 de marzo de 2015.

Hoy, nos hemos reunido en esta Primaria Urbana “Lázaro Cárdenas del Río”, con estas niñas y niños alumnos suyos, para conmemorar el aniversario de aquel 18 de marzo en el que, el Presidente en cuyo honor se llama esta escuela, decretara la Expropiación Petrolera, un hecho emblemático de nuestra historia nacional.

Un día como hoy, hace 77 años, México dio una lección de valentía, de orgullo, de dignidad al mundo entero. En pleno ejercicio de nuestra soberanía, una generación de mexicanos tomó una decisión visionaria que transformó al país.

Para comprender la atmósfera en que se desarrolló la Expropiación Petrolera, es necesario tener en cuenta dos cosas:

• Primero, que el Presidente Lázaro Cárdenas se había manifestado en favor de una política salarial conforme a la cual los aumentos no debían depender de la oferta y la demanda de mano de obra, sino de la capacidad económica de cada empresa.

• Y la segunda, la Ley de Expropiaciones de 1936, que facultaba al gobierno a tomar cualquier propiedad si el interés público así lo requería.

Bajo ese contexto, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana demandó a las empresas firmar un contrato colectivo de trabajo. La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje declaró que el conflicto era de orden económico, y nombró a una comisión que investigara la situación financiera de las empresas petroleras, y dictaminara si éstas podían o no satisfacer las peticiones de sus trabajadores.

La comisión estimó que las empresas petroleras podían y debían conceder a sus trabajadores un aumento de 12 millones de pesos al año. Las compañías petroleras se manifestaron opuestas al dictamen e iniciaron una batalla legal que duró varios meses.

El primero de marzo de 1938, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a las compañías petroleras dar cumplimiento a más tardar el día 7 a las condiciones establecidas por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

Ante la negativa de compañías petroleras extranjeras a cumplir con una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que garantizaba los derechos de los trabajadores de la industria, el Presidente Lázaro Cárdenas decretó la Expropiación Petrolera, haciendo así valer el principio de legalidad y reafirmando la soberanía nacional. Fue un acontecimiento que cambió el rumbo del país y aceleró su desarrollo.

77 años después, siguen vivas en la memoria popular las palabras que dirigió por radio nacional a las 10 de la noche de ese 18 de marzo:

Pido a la Nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable”.

Hoy, como hace 77 años, el petróleo es patrimonio de todas y todos los mexicanos, símbolo de progreso y emblema de nuestro nacionalismo.

Hoy, como ayer, el petróleo es un recurso estratégico en función del interés público y para el desarrollo nacional.

Pero el desarrollo nacional tampoco se hubiera entendido sin el petróleo. Este recurso nos dotó de una poderosa palanca para el avance económico y social de México.

Esta conmemoración no sólo nos permite recordar el pasado, sino reflexionar sobre el futuro.

Hace 77 años, las mexicanas y los mexicanos dimos un paso histórico para reafirmar la soberanía y la independencia de nuestra gran Nación. Ahora, 77 años después, nuestra generación ha cumplido la responsabilidad de honrar ese gran legado mediante la aprobación de la Reforma Constitucional en Materia Energética.

Así como en los tiempos del Presidente Cárdenas se enfrentaron importantes desafíos para recuperar nuestros hidrocarburos, hoy, contamos con una reforma que fortalece a México para enfrentar con éxito los retos del Siglo 21.

Un punto medular es que la reforma energética nos ayudará a producir energéticos más limpios y a tener más responsabilidad en el medio ambiente.

Las energías limpias son la alternativa para llevar al sector energético mexicano por la ruta de la sustentabilidad. Es por ello que la reforma ha iniciado ya el camino hacia la transición energética.

Debemos modificar la idea que tenemos sobre el crecimiento económico, armonizando dos conceptos que tradicionalmente han sido concebidos de manera independiente, pero que hoy debemos verlos de forma inseparable: seguridad energética y sustentabilidad ambiental

Yucatán quiere incorporarse a la sustentabilidad. En Yucatán entendemos que el futuro de nuestro país sólo puede construirse si emprendemos un cambio significativo en la forma en que producimos  la energía.

La energía alternativa permite diversificar la matriz energética y aumentar nuestra autosuficiencia energética, disminuyendo nuestra dependencia de los hidrocarburos, fortaleciendo nuestra soberanía nacional y nuestra independencia.

El petróleo es y será siempre nuestro. Pero no olvidemos que el petróleo nos ha sido heredado por nuestros antepasados para fortalecerlo y heredarlo más moderno, más próspero y más desarrollado a nuestros hijos, y con ello fortalecer a México.

¡Qué viva el petróleo mexicano! ¡Qué viva México!

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