Palabras del Juez Mercantil Abogado Raúl Cano Calderón, en representación de los Tres Poderes del Estado, para el XCIX aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata

martes, 10 de abril de 2018

Palabras del Juez Mercantil Abogado Raúl Cano Calderón, en representación de los Tres Poderes del Estado, para el XCIX aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata

Muy buenos días a todos:

“Es mejor morir de pie que vivir arrodillado”; “tierra y libertad“; “la tierra es de quien la trabaja“; "la ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía“; quién no recuerda estas emblemáticas frases del General Emiliano Zapata, mismas máximas con las que denotó su firme carácter, valentía y una incasable lucha por la justicia social. Ese es el héroe que hoy nos congrega para recordar su noventa y nueve aniversario luctuoso.

Emiliano Zapata Salazar, nació en San Miguel Anenecuilco, Morelos, en una humilde familia campesina, y quien trabajó desde niño como peón y al quedar huérfano en la adolescencia, trabajó fuertemente para mantener a sus hermanos y hermanas.

El General Emiliano Zapata, sufría y compartía las pésimas condiciones en que las que vivían los campesinos, quienes se encontraban desposeídos de sus tierras o desplazados a áreas casi estériles, situación que era muy recurrente durante el Porfiriato.

En el año de 1909, los habitantes de la villa de Zapata, Anenecuilco, cansados por la situación que empeoraba cada vez más, decidieron hacer frente al problema y se reunieron para renovar el concejo municipal eligiendo a Emiliano Zapata como su nuevo Presidente.

Éste fue su inicio como líder impulsor y protector de los campesinos, el cual llevó a cabo de manera loable, motivo por el cual fue llamado a pertenecer al ejército en la ciudad de México.

Las grandes desigualdades sociales que existían en el México de 1910, provocó que Francisco I. Madero lanzará desde el exilio el Plan de San Luis, proclamando al pueblo a levantarse en armas contra el dictador Porfirio Díaz el 20 de noviembre de 1910, fecha de inicio de la Revolución mexicana.

En el Plan de San Luis se encontraba considerado en su punto tercero la restitución a los campesinos de sus tierras de los cuales habían sido desposeídos, sin embargo Zapata no confiaba plenamente en Madero, por lo que le exigió que sean reconocidos y legitimados con nombramientos los repartos de tierras que había efectuado al frente de la Junta de Villa de Ayala.

En 1911 tras la muerte del Pablo Torres y al ser nombrado Coronel, fue designado jefe supremo del movimiento revolucionario del Sur.

En este mismo año, ya siendo Presidente Francisco I. Madero y al no cumplir con las exigencias de Zapata, éste elaboró en noviembre del citado año el Plan de Ayala, en el que declaraba a Madero incapaz de cumplir los objetivos de la revolución (particularmente, la reforma agraria) y anunciaba la expropiación de un tercio de las tierras de los terratenientes a cambio de una compensación, si se aceptaba, y por la fuerza en caso contrario.

Grandes traiciones y presiones se dieron, orillando a Madero a renunciar, dando pie a una alianza entre Pancho Villa que lideraba a los revolucionarios agraristas del norte y Emiliano Zapata. Sin embargo la ambición de Villa produjo la ruptura casi inmediata de su coalición con Zapata, el cual se retiró a Morelos y concentró su acción en la reconstrucción de su estado.

El gobierno de Zapata creó comisiones agrarias, estableció la primera entidad de crédito agrario en México e intentó convertir la industria del azúcar de Morelos en una cooperativa.

Las traiciones en la vida del General Emiliano Zapata siempre estuvieron presentes, hasta su muerte. Siendo que un diez de abril de 1919, tras un plan para acabar con su vida, el coronel Jesús Guajardo, convocó a Zapata para un encuentro secreto en la hacienda Chinameca, Morelos, donde le hicieron creer que le entregarían armas, y al presentarse los soldados lo acribillaron a quemarropa.

Señoras y señores:

Emiliano Zapata se mantuvo fiel a sus ideales de justicia y dio absoluta prioridad a las realizaciones efectivas de estas. Hombre luchador, quien no se dejó doblegar ante la adversidad, héroe mexicano preocupado por los indefensos y los que menos tienen.

La ideología del Caudillo del Sur está viva y la lucha revolucionaria que emprendió no ha terminado aún, quedando pendiente la justicia social plena en este sector.

Hoy nos ocupa lograr que en las tierras trabajadas por campesinos se den oportunidades de crecimiento, sean tierras fértiles, sean tierras en vías de desarrollo, tierras que produzcan nuestros alimentos.

No cabe la menor duda que el trabajo se está haciendo, se están cerrando alianzas entre el sector social y las industrias alimentarias, alianzas que generen más empleos y propicien mejor calidad de vida para el sector campesino.

La mejor manera de honrar su memoria, es poner en marcha políticas públicas encaminadas a hacer más productivo el campo, auto suficiente, sustentable y devolverle el vigor necesario.

Conocer la historia de nuestros héroes, nos inspira para seguir trabajando, para seguir luchando incansablemente, para tener el estado de derecho que la sociedad demanda, y para que todos los sectores de la población tengan mejores oportunidades de desarrollo.

Recordemos con gran patriotismo al CAUDILLO DEL SUR, que en un día como hoy del año de 1919 perdió la vida en aras de su lucha social por nuestros hermanos del campo. Que no quede como un simple recuerdo y un homenaje protocolario a sus logros, vida e ideales, sino que nos sirvan como sociedad y gobierno para trazarnos nuevos retos y encaminarnos en la consecución de una verdadera justicia social, plena y efectiva.

A Yucatán las oportunidades y el progreso le guiñan el ojo, vamos por ello ¡¡¡ 
VIVA EMILIANO ZAPATA, VIVA MEXICO, VIVA YUCATÁN ¡¡¡

Muchas gracias.

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