Discurso íntegro pronunciado por la Consejera de la Judicatura Fanny Iuit como representante de los tres Poderes del Estado en el CXCI Aniversario del Día de la Bandera

Sábado, 25 de febrero de 2012

 


 

Mérida, Yucatán, 24 de febrero de 2012

Señora Ivonne Aracelly Ortega Pacheco, Gobernadora Constitucional del Estado de Yucatán,

Señor Comandante de la Décima Región Militar, general de División Diplomado de Estado Mayor Virgilio Daniel Méndez Bazán.

Señor Senador por el Estado de Yucatán, abogado Cleominio Zoreda Novelo,

Señor Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del H. Congreso del Estado de Yucatán, licenciado Victor Caballero Durán,

Señores Secretarios General de Gobierno y de Educación del Estado de Yucatán, licenciado Victor Sánchez Álvarez y doctor Raúl Godoy Montañez,

Señor Presidente Municipal de Mérida, maestro Álvaro Omar Lara Pacheco,

Señoras y señores

 

En primer lugar, permítaseme congratular porque hoy nos congrega un hecho histórico de la mayor importancia en todo el país: el  191 aniversario del Día de la Bandera Nacional. Como servidora pública, como yucateca, pero sobre todo como mexicana, es para mí un honor poder hacer uso de la palabra en representación de los tres poderes del Estado en la ceremonia cívica conmemorativa del más preciado de nuestros símbolos nacionales.

 

La historia de México es sumamente rica y llena de vicisitudes. Así como septiembre, “mes de la patria”, y noviembre, “mes de la revolución”, febrero también ocupa un importante lugar en las más grandes líneas de la historia nacional.

 

El 5 de febrero celebramos la fecha más importante para las libertades fundamentales en México como victoria histórica de su pueblo recordando la expedición de la Constitución Federal de 1857 y la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.

 

El 19 conmemoramos el Día del Ejército Mexicano, recordando su orígenes populares y constitucionales con el Ejército Insurgente, el Ejército Trigarante, el Ejército Nacional, el Ejército Liberal, los ejércitos revolucionarios y el Ejército Constitucionalista.

 

Hace dos días rememorábamos la Decena Trágica y el sacrificio de Francisco I. Madero junto con José María Pino Suárez.

 

Desde tiempos remotos, los pueblos han sentido la necesidad de portar insignias que los identifiquen y congreguen, y que a la vez representen su identidad, independencia y libertad.

 

La bandera, el más preciado de nuestros símbolos nacionales, lábaro patrio emblema de unidad y libertad, de permanencia y continuidad, de soberanía y autodeterminación.

 

Hoy aquí nos reunimos para celebrar con orgullo el Día de la Bandera Nacional, el símbolo que desde hace casi dos siglos resume lo que los mexicanos hemos sido: un pueblo unido por la noble fuerza de su historia.

 

Cada insignia patria expresa la identidad y los valores nacionales. Nuestra bandera, además, con sus profundas raíces históricas, fusiona la tradición indígena con la liberal.

 

El símbolo del águila que domina a la serpiente tiene su aparición hace casi un milenio en el seno de la fundación de la gran Tenochtitlán. El águila que destaca en el centro de nuestra bandera nos remite a un pasado legendario, heroico y glorioso.

 

Nuestros libertadores tuvieron la certera visión de unir en el primer emblema cívico, el antiguo símbolo indígena con los colores que tiñeron la guerra de independencia. Hace 191 años, en Iguala, se confeccionaba la bandera del Ejército Trigarante, primera bandera del México independiente. Sus tres colores, el blanco, el verde y el rojo, ya habían ondeado en los pendones de Vicente Guerrero y de Nicolás Bravo. La independencia no representó únicamente la emancipación de España, sino también la opción por el Estado liberal y la vida democrática, reflejada en su totalidad en los colores de la bandera de México.

 

Desde su vida independiente, la enseña nacional ha acompañado a México. Ha estado presente en medio de guerras intestinas como en la defensa del territorio nacional contra la invasión norteamericana en 1847, en esperanzas seculares no resueltas como la restauración de la República por Juárez, y en un clima de aspiraciones de justicia social como la convocatoria en la ciudad de Querétaro a un Congreso Constituyente.

 

Ha tocado a los ejércitos que nos dieron Independencia y a los que preservan nuestra soberanía empuñar la bandera nacional en los momentos que la patria así lo requiere. Así lo ha sido siempre y así lo es también ahora.

 

Señoras y señores:

 

La evolución y el cumplimiento del Estado de derecho es un signo directísimo de la calidad de la vida democrática de un país y de su sociedad. Las libertades fundamentales forman parte indisociable de nuestro orden jurídico y de los cimientos mismos del Estado social y democrático de Derecho, cuyas instituciones y gobiernos deben ser capaces de realizar sus tareas y cumplir con sus responsabilidades desde las garantías que da el Derecho. Aún en momentos de gran dificultad, el Poder Judicial debe ser capaz de que prevalezca el cumplimiento de las leyes. No es dable, en aras de reafirmar el rumbo, perder la brújula del Estado de Derecho.

 

Ninguna fuerza política o social es dueña de la bandera de la legalidad. Por el contrario, se trata de una conquista de todos los mexicanos y de una responsabilidad compartida entre autoridades y sociedad civil. En el ejercicio de esta responsabilidad, los tres poderes del Estado actuamos en colaboración para consolidar una cultura de la legalidad. Tres poderes, tres instituciones plenamente vitales que trabajan para el bienestar de Yucatán.

 

Nuestro más alto deber es impulsar el Estado social y democrático de Derecho. Los derechos fundamentales son una victoria histórica del pueblo de México y el Poder Judicial tiene el honor de velar por su estricto cumplimiento. Actuar cada día guiados por esa convicción ha sido nuestra obligación y, al mismo tiempo, el mayor privilegio que tenemos como servidores públicos, como yucatecos y como mexicanos.

 

México es un gran país, una gran nación y un gran pueblo.

 

Viva Yucatán. Viva México.

 

Muchas gracias.

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