Palabras del magistrado Marcos A. Celis Quintal, presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Yucatán, en la inauguración de las nuevas instalaciones del Centro de Convivencia Familiar de Yucatán (Cecofay)

Martes, 27 de septiembre de 2016

Señoras y señores:

El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia”, decía el escritor británico Gilberth Keith Chesterton.

Iniciemos contando el caso de un matrimonio -considerado como la institución que establece la integración del núcleo básico de la sociedad, la familia- y que por azares de la vida, se ha fracturado.

Este divorcio voluntad de Juan, desafortunadamente suscitó más violencia entre él con su esposa María. En el procedimiento judicial, se han ejercido diversas acciones, como la custodia de su hija Laurita.

El juez de primera instancia en materia familiar decidió que María tenía la presunción de ser la más apta para cuidar de Laurita, aunado a que se había demostrado que la conducta violenta de Juan podría ser dañina a la integridad de su hija.

Sin embargo, independientemente de la conducta de Juan, no se podía impedir a la menor a ejercer el derecho de convivencia con sus progenitores, ya que ese derecho no es exclusivo de los padres, sino también de los hijos.

Por lo tanto, atendiendo al interés superior del menor, protegiendo el desarrollo de la familia, y salvaguardando el derecho de convivencia de Laurita con su papá, y el de Juan con su hija, existe una solución: el Centro de Convivencia Familiar.

Este Centro de Convivencia Familiar que hoy cuenta con renovadas instalaciones, es muestra de la estrategia interinstitucional en todos los niveles, coordinada por el Gobernador del Estado, que tiene como objetivo, que los niños, niñas y adolescentes, sus padres y madres, reciban un mejor trato.

Estamos tomando medidas concretas para que ésta sea la constante, nutriéndonos de más y mejores herramientas que redunden en el bienestar familiar. Se ha revisado la forma en la cual se lleva a cabo la convivencia supervisada entre hijos y padres, y el proceso de entrega-recepción, para quienes visitan el Centro.

Podría decirse que la diferencia entre las nuevas instalaciones del Centro de Convivencia Familiar y las anteriores, radica en que se han dignificado los espacios para la convivencia entre las niñas y niños con sus padres, lo cual redunda en una atención más humana y sensible.

El trabajo de las psicólogas del Centro de Convivencia es fundamental para que la convivencia con sus ambos padres se lleve de manera idónea. Una psicóloga del Centro, nos contaba una experiencia en la que un día recibió una niña como cuyos padres se encontraban inmersos en un proceso judicial para la convivencia supervisada con su padre, así como Laurita con Juan. Después de seis meses, y con base en los resultados de los informes que ella rindió, el juez familiar determinó que la convivencia ya no fuera supervisada, sino en entrega-recepción en el Centro. Algunos meses después, sus padres comenzaron a tener acuerdos por el bienestar de su hija, y se determinó la convivencia en el domicilio. Este es un ejemplo de la labor cotidiana de las psicólogas del Centro. Mucho agradecemos su trabajo, su dedicación y su esfuerzo.

Los procedimientos judiciales durante mucho tiempo fueron pensados para personas adultas, lo que ha provocado que la intervención infantil o adolescente no siempre se lleve a cabo de manera idónea.

La entrada en vigor del Código de Familia y del Código de Procedimientos Familiares en febrero de 2013, ha propiciado que redoblemos nuestro compromiso con la protección de los intereses de la familia.

Ese compromiso reforzó la garantía de respeto y protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes bajo la responsabilidad del Estado, ya no de la familia exclusivamente. Se les reconoce como sujetos plenos, titulares de derechos, no solamente sujetos de protección, sino sujetos de derecho.

Por eso, estamos mucho más atentos a tratar a los niños que se presentan a las instituciones como titulares plenos derechos, tomando en consideración las características específicas derivadas de su edad, de su etapa de crecimiento, de su historia de vida.

Las niñas, niños y adolescentes, pueden enfrentarse a diversas situaciones, como encontrarse en un lugar extraño para convivir con uno de sus padres, o el no entender las razones por las que se encuentran ahí. De ahí la importancia de contar con un Centro de Convivencia Familiar integrado con profesionales especializados.

Los jueces también necesitan los informes de esos especialistas en psicología que les den elementos para valorar a niñas, niños y adolescentes, y así poder dictar las mejores de sus resoluciones.

Impartir justicia a partir de una perspectiva que tome en cuenta a todos los integrantes de las familias, constituye un acto de equidad elemental.

Quizás como ninguna otra materia, el dilucidar los derechos de los integrantes de su familia y su convivencia nos permite humanizarnos.

Señoras y señores:

Todas estas son obligaciones de nosotros, son regulaciones jurídicas, son protecciones internacionales, son los mínimos de convivencia y tolerancia.

Afortunadamente, en el Yucatán de hoy, el hacer valer los derechos de los niños y la convivencia con sus progenitores, constituye ya no una cuestión novedosa, sino una exigencia cotidiana que debe cumplirse por todos.

Proteger los derechos de los integrantes de las familias significa participar en la formación de individuos plenos de derechos, lo que redunda en una sociedad mejor, más armónica.

Vamos a seguir trabajando por tener familias atendidas y protegidas, colocadas en el centro de las preocupaciones interinstitucionales. A nombre del Poder Judicial de Yucatán, felicito a todos por estas nuevas instalaciones del Centro de Convivencia Familiar, y les aseguro que por parte de nosotros, este tema seguirá siendo prioritario en la agenda de la justicia.

Seguiremos pendientes para atender los comentarios y observaciones, con el afán de construir entre todos las mejores prácticas para cumplir con el papel de protectores de los derechos de las familias.

En los niños está nuestro futuro. Esto cada vez es más cierto y cada vez más importante. Que crezcan en un ambiente sano, para que así, la familia sea más sólida; para que así la sociedad sea más fuerte; para que Yucatán siga creciendo; para que México sea mejor.

Muchas gracias.

 

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